Hoy en día tenemos armarios en cada una de nuestras habitaciones y en ellos guardamos nuestra ropa, la que nos gusta y nos hace sentir guapas, pero también hay montones de prendas que nunca nos ponemos.
Varias son las razones por las que no utilizamos ciertas prendas:
1. Ya no nos vale. A lo largo del tiempo hemos cambiado de talla y no lo hemos superado. ¿Quién no guarda aquellos vaqueros tan monos de cuándo teníamos 18 años por si acaso nos quitamos unos quilitos, y de paso unos centímetros?
2. No nos queda bien. Ese jersey que compramos por impulso durante las pasadas rebajas, ese regalo de una amiga que no nos sienta bien o no es de nuestro estilo
3. Nos gusta pero no sabemos cómo combinarlo. Esa falda que queda divina en las páginas de la revista pero que no sabemos qué camisa, jersey, blusa llevar con ella.
4. No la encontramos. Sabemos a ciencia cierta que somos las dueñas de cierta prenda, pero con tal cantidad de faldas, pantalones, camisas etc. nunca encontramos lo que buscamos.
Hay muchas razones por las que no utilizamos la ropa que tenemos en el armario, (yo sólo he enunciado algunas) y a menudo soltemos la famosa pregunta: ¿Qué me pongo? No tengo nada que ponerme. Esas frases son las que ponen nerviosas a las madres, sin ir más lejos la mía, los maridos etc pues se preguntan en voz alta cómo es posible que teniendo armarios llenos, a veces incluso a rebosar, tengamos cada día el mismo problema.
La solución pasa por adentrarse en los misterios del armario, es decir abrirlo e ir sacando una prenda detrás de otra. Vale la pena que pidamos la ayuda de una amiga/o con buen gusto que nos acompañe y así el rato será más divertido y productivo.
Al mirar cada prenda hay que preguntarse si cuándo nos la ponemos nos hace sentir más atractivos, nos sienta bien, o al revés resalta aquellos defectos que podamos tener. Eso sí hay que ser lo más sincero posible. Vale la pena probarse la prenda de nuevo frente al espejo y apreciar lo que se ve. De esta forma iremos eliminando las prendas que no sean favorecedoras.
No hay que tener miedo de donar, regalar, aquellas prendas que no sean de nuestra talla, sí aquel pantalón tan ideal que no tenían en nuestra talla y lo cogimos en la 36 por si bajábamos 3 tallas!!
Lo importante es no agobiarse, si hay que utilizar varias sesiones para terminar con la tarea, pues se hace.
El resultado será un armario con las prendas que nos favorecen realmente, nos gustan y podemos combinar con éxito. Una vez seleccionada la ropa, se ordenan por tipo de prendas: camisas, pantalones, faldas etc, poniendo juntas las prendas del mismo color. Eso nos facilitará muchísimo el encontrar la ropa que buscamos y sabremos si nos falta alguna prenda básica.
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